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Hoy en día existen diversas vertientes ideológicas, que en muchos de sus sentidos se contraponen, el periodo postmoderno en el que vivimos ha hecho posible la existencia de cada vez más subgrupos ideológicos y ha abierto la posibilidad a juicios éticos en verdad complejos. Una sociedad cada vez más dividida borraría los significados convencionales, es decir, el arte ahora se presenta como un ente tenue que pierde su cohesión.

En este mismo contexto los poetas de hoy padecen de una crisis aún más profunda, una crisis de identidad por no saber el motivo por el que existen, no saber cuál ha sido su misión en este contexto ha hecho una pérdida de sentido en su trabajo. Ante esto es necesario justificar la razón de la existencia de la poesía y su sentido práctico.

Pero ¿para qué nos sirve la poesía?, defender a la poesía en este aspaviento de sacralidades es como defender a una raza en peligro de extinción, si bien en el sentido romántico de la idea, la poesía no puede ser destruida mientras exista humanidad, pero sí puede ser desfragmentada por su falta de cohesión, dirección y sentido. El no saber el sentido práctico de ella y sobre todo no contar con propuestas artísticas serias, no llevarían a la poesía a su destrucción, pero la llevaría a estar recluida en un campo de inmovilidad total, lo que es lo mismo que una muerte.

Si el poeta fuera capaz de identificar la razón de ser de lo que hace pudiera entonces replantear los motivos y las formas que le conciernen para que entre todas estas rupturas se comience con la construcción de una nueva tradición.

 

 

 

 

Los Conjeturales

 

15 de Febrero 2016

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