+ágLa poesía como método conjetural.
Los Conjeturales
Cuatro poemas de Óscar Paúl Castro
Sobre la defensa de los argumentos de la sangre.
La poesía de Óscar Paúl Castro (Culiacán, Sinaloa 1979) es un golpe, una ofrenda, o un simple sollozo con una expresión incómoda en la cara, sin embargo, en sus tres facetas, siempre se oculta una herida en algún lado. El poeta usa los argumentos de la sangre, más que para rendirle un tributo, para violentar en son de defensa al que lee. Incorpora también, aquello que se reprime, que se guarda, la crudeza de lo que se omite, para que forme parte de un golpe certero de emociones acumuladas.
La presente selección introduce al lector 4 poemas representativos del autor, uno de ellos Epístola para una gaviota que cruzó el cielo vacío, de hace ya algunos años, es quizás el que pueda fijar la pauta para dar a conocer la evolución del poeta en los últimos años.
Prueba de Rorschach
(Ayotzinapa, 43 de septiembre)
Soy puto
Soy un hijo de puta
Soy una puta
Soy un niño de la calle
Soy un niño ignorado por su padre
Soy una niña golpeada por su madre
Soy un niño Soy una niña
Alguien que debía amarme y protegerme abusa de mí
Soy una niña que visten de princesa
en un país que se muere de hambre
Soy un policía
El cañón de la pistola del gobierno toca mi nuca
El cañón de la pistola del crimen toca mi frente
Soy un policía Y el cañón de mi pistola te apunta a ti
Soy madre sola
18 horas de trabajo me desgarran el rostro
Soy madre Sola No tengo rostro
Soy una madre sola No tengo nombre
Soy el negro Soy el joto Soy el prieto Soy la torta del salón
Soy la marimacha Soy el que se viste de mujer
El que vive en la calle
La que tiene hambre El que muere solo
El niño abandonado por sus padres
El viejo abandonado por sus hijos
Soy espejo
Soy espejo y me reflejo
En este momento
Me están desalojando de mi casa
En España En México En Estados Unidos
En este momento
Me están lapidando porque amé a un hombre
que no era mi esposo
Me están moliendo a golpes porque soy hombre
y amo a otro hombre
En este momento
Escucho caer las bombas a unas cuadras de mi escuela
En este momento
Me están tirando a un canal en Culiacán
Mi cuerpo se está disolviendo con ácido en Tijuana
Mi cuerpo se está pudriendo en una fosa en Iguala
En este momento
Está entrando una bala en mi cuerpo
Y la sangre y la vida salen de mí
Porque creo en otro Dios
Porque no creo lo que me dicen
la tele
los curas
los políticos
Toma mi voz
Es tuya
Haz que se eleve
por encima del dolor y la miseria
Y que salga viva de entre el lodo de la muerte
Conversación oída en un camión sin aire acondicionado
Si yo perdiera un brazo
Si tuviera la mitad del rostro destrozada
Si no tuviera nariz
(aunque mi nariz es fea ―soy un Cyrano sin ingenio― nariz tengo)
¿Me amarías?
―Sí
Si yo fuera Job
Si Dios (que no existe) desatara su ira contra mí
Y te matara a ti (amor mío)
y a nuestros 11 hijos y a nuestros corderos y a nuestro gato
Y me diera sarna y me tuviera que rascar con un palito
mientras pienso en tus pechos rebosantes de leche y miel
y Dios me hiciera dudar de Dios
¿Me seguirías amando?
―Sí Sí
Si yo muriera
Y tú Yegua saludable y plena
tomaras como esposo a otro aun más bello
mejor amante mejor padre
que ayude en la casa y no te dé la espalda y no deje los platos sucios
para escribirte esto
Mientras yo me vuelvo un invisible aire Una brizna apenas
de recuerdo Y un buen día me olvidas para siempre
¿Me amarás todavía?
―Sí
Si yo fuera La otra
Y con mejores tetas y mejor culo sin hijos sin estrías
y sin temor de Dios (que ya no existe) me robara a mí (tu amor)
y me llevara de motel en motel hasta el final de la tierra
hasta que yo ya no encuentre el camino de regreso a ti
Y solo nos volvamos a ver en el juzgado
y solo hablemos a través de abogados y papeles
y de puertas entreabiertas (o entrecerradas)
cuando recoja a nuestros hijos
para el fin de semana
¿Me amarás aún?
―Sí
Y si fuera Dios
Y con un manotazo de sombra
borrara todo
A tus padres y a los padres de tus padres
A Adán que al revés es Nada
Y a Eva que al revés es Ave
Y a los dinosaurios otra vez
Y las primeras células ciegas pero vivas
Y cansado de existir volteara mi ira contra mí
y volviera mi propio corazón un agujero negro
y me devorara a mí mismo
Llevándome antes todas las estrellas y galaxias
y todos los universos
No dejando atrás sino silencio y silencio y silencio
¿Alzarías tu voz una vez última?
Epístola para una gaviota que cruzó el cielo vacío
No me preocupo por ti, Amor, no me importas
y rara vez te pienso,
sé que no me amas y he aprendido a olvidarte lentamente,
día a día: las horas son lentas y los años breves.
En las noches, mientras me juego la vida en una palabra,
sé que estoy solo,
y que nuestro encuentro -desde antes era necesario-
no podía ser de otra manera:
que tú y yo nos encontráramos
solamente para desencontrarnos
y yo supiera lo que era no tenerte.
Ya te lo dije, nuestro amor fue una mariposa muerta
en un cielo de palabras.
Pero, ni la mejor mentira, Amor, es la verdad, y no te olvido.
Y si estoy solo no es porque esté sin ti;
y estoy triste, es cierto, pero siempre estoy triste.
Y si es cierto que me dueles,
me dueles como a veces me duele el viento,
y tu recuerdo es algo así como una náusea
o una tristeza nublada.
Me importas lo suficientemente poco para seguirte amando
y para que el olvido sea innecesario.
No voy a buscarte.
Y si te quiero, es que la sangre me llama a quererte.
Y como a veces, Amor, se nos entrega
una palabra o un sueño que nos estaban destinados,
si es verdad que hay encuentros que son inevitables:
Así sea.
Magnolia y sueño
El amor es uno de los tantos caminos de la sangre
Mas todo alto crimen es amor Fiera plena Jadeando tras el salto
El hocico manchado
Jirones de piel goteando de las garras
Un silencio convocó la primera grieta La primera piedra en el espejo
Una onda rota que hasta ti se arrastra todavía
Desde mí se han vuelto pesados nuestros pasos Hunden tu cuerpo en el agua
Huella Herida Es tu camino Y donde seas gritan Sígueme
A tus fantasmas
Tu sombra es larga en mí No me abandona Rompe la piel de mis fronteras
Desborda todo margen Marchitando Y de vez en cuando Todo lo desbanda
Como un sueño de halcón en la paloma
Desde mí estás solo Innumerable y solo Sitiado por espejos que te vuelven
el rostro Que se alejan un paso a cada paso Avanzas como un pez de niebla
Y si derrotado mendigas de ternura Boqueas apenas ecos Amargos despojos
de palabras
Es baja tu miseria
Alta es mi miseria No lo entenderás nunca Si mendigo es porque todo lo poseo
Mis manos nunca han de llenarse No sé lo que es la sed Amor es una palabra
entre palabras Donde tú temes Donde tú adelantas sombra para sondear el abismo
Y regresas Yo avanzo siempre
Solo
Solo Solo Cien veces solo seas Miserable Regresas cada día Hundes
una llave como daga Mas no hay gritos Las paredes y las puertas se sostienen
y derrumban silenciosas Incluso la hierba Donde allende descansaba la mirada
Ha huido para siempre
Sólo tus fantasmas permanecen
Bien Quizás sea hora de dejar la mesa Antes de acostarme quisiera fumar
Mirar la lluvia
Deja eso ahí Amor Que los perros devoren los restos como siempre
Antes de que salgas Enciéndeme un cigarro Dame un beso
Y no olvides esconder el puñal bajo la almohada
Óscar Paúl Castro. Culiacán, Sinaloa, 1979. Es poeta y traductor. Es licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Autor de los libros de poemas Puzzle (2013) y Poemas para leer en un camión sin aire acondicionado (2014). Es coautor de los libros de poesía Los límites acordados (2000), 1979 Antología poética(2005), La luz que va dando nombre, Veinte años de la poesía última en México (2007), La permanencia del relámpago, Antología de poesía de Sinaloa (2008) y El Vértigo de los aires(2009); también es coautor de La letra en la mirada, Antología de crónica literaria (2009),Renovigo, Piezas teatrales (2009).Ha publicado en las revistas Generación, Literal, Crótalo, Flecha y espejo, TextoS, Tierra Adentro y Confabulario. Ha publicado traducciones en las revistas TextoS, Punto de Partida, Periódico de Poesía de la UNAM, Espiral, Acequias.