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Entrevista y poemas de Leonardo Sanhueza

De la poesía sin certezas que golpea la frente como topándose con un espejo.

La poesía de Leonardo Sanhueza (Temuco, 1974), parte de la vaga certeza que se tiene sobre no tener certeza alguna, es como el golpe que se da cuando nos acercamos demasiado a un espejo que revela aparte de lo cotidiano, un diálogo de los recuerdos y lo sentidos sepias de un atardecer pedestre de la infancia, o el diálogo que se suscita en la agrupación de las realidades que embisten, de pronto, el alma. El poeta, con el asombro nihilista de un infante, toma, incrédulo, el centro oxidado de la poesía que le es delegado, para así cargarlo como se carga una pesada costumbre.

 

A continuación, compartimos una breve entrevista realizada en agosto del año 2016, y una breve selección de su poesía.

 

1. Háblenos un poco sobre sus influencias literarias, en particular las relacionadas con la poesía.

Entiendo la idea de influencia literaria, pero aplicada a otros. O sea, no me atrevería a decir que mis influencias coinciden con mis autores favoritos y sospecho que hasta los peores poetas que he leído me han torcido algún circuito por ahí. Además, yo mismo he ido cambiando y mis lecturas se han decantado de manera diferente, por no decir nada de las “influencias” no literarias, como los flujos de la cultura popular, la ciencia, las vicisitudes históricas, las conversaciones con amigos, etcétera. Por supuesto hay un fondo, todo lo que leí a los dieciocho, diecinueve años, que forjó mi manera de entender la literatura, pero después he sido un lector omnívoro y toda esa diversidad ha ido entrando en la licuadora mental.

  

2. Estamos impresionados por la edad (101 años) de uno de los poetas chilenos más representativos actualmente vivos, nos gustaría saber cuál ha sido su cercanía con la poesía y la figura del poeta Nicanor Parra, así como la consabida y polémica cuestión de su “Nobel Perdido”.

A Nicanor Parra le debo mucho. Fui alumno suyo en la Universidad de Chile y después asistía sus cursos hasta que dejó de hacerlos, a mediados de los noventa. Una curiosidad:aparte de escritor, soy geólogo y mi tesis la hice acerca de la petrología de la Punta El Lacho, que es donde vive Nicanor Parra; es decir, estudié las rocas sobre las que está emplazada su casa. Eso quizás él no lo sabe, ya que no se lo dije entonces y después ya nunca volví a hablar con él. En cuanto al Nobel, debió ganarlo hace mucho rato, pero los intríngulis de la Academia Sueca son más insondables que los misterios de Fátima.

 

3. Menciónenos por favor, cuales son para usted, los autores (aún vivos), que sean imprescindibles de la literatura Chilena de hoy en día.

Nadie es imprescindible. Además, en Chile está prohibido por ley contestar esa pregunta.

 

4. En analogía a la Divina Comedia, si usted tuviera que escoger a un Virgilio (escritor) para que lo acompañara en su viaje del infierno a las altas esferas del cielo, ¿quién sería?

Borges. Para un paseo como ése, nada mejor que ser el lazarillo del guía turístico.

 

5. Cuéntenos un poco de cómo alguien como usted descubrió la poesía, cuáles fueron sus primeras vivencias en el mundo de la Literatura.

Descubrí la poesía por curiosidad y casualidad. Aunque quizás descubrir sea mucho decir, porque aún me parece una especie de tierra incógnita. Más bien me tropecé con ella, por así decirlo, y me afirmé en ella para no romperme la nariz.

 

6. Aquí va una pregunta que creo necesaria para todos los poetas, ¿qué es para usted la poesía?

Tengo ideas muy vagas al respecto, lo que demuestra que no es tan necesario tener certezas sobre qué es la poesía para leerla o escribirla. Por el contrario, parece ser un requisito no saber nada sobre la poesía a ciencia cierta. La sé reconocer, pero no sé lo que es.

 

7. ¿Qué le dijera usted a manera de consejo a la nueva generación de Jóvenes Escritores de Chile, México y el mundo.

Ni siquiera sé darme consejos a mí, así que menos podría dárselos a los más jóvenes.

 

8. Nos interesa saber su opinión en relación a las nuevas corrientes e influencias de la poesía en el mundo.

No tengo opinión al respecto. En realidad, ni sé cuáles son esas “nuevas corrientes e influencias”. Es más, sospecho que no hay tal cosa. Cuánto mejor así. El caos es perfecto.

 

9. Y una última pregunta ¿qué es lo que Leonardo Sanhueza desea lograr con su poesía? (ya sea de forma individual, o trabajando de forma conjunta con la sociedad)

 

No deseo lograr nada, salvo hacer lo que mejor puedo. Hago lo que hago porque no he podido dejar de hacerlo, pero no sé para qué pueda servir. En ese sentido no tengo más ambiciones que cualquier otro bicho de la naturaleza, ni menos.

 

 

 

 

 

 

 

Basura espacial

 

Nadie ha preguntado aún

adónde va ese quiltro tan de prisa,

con tanta determinación que pareciera

querer cortar en dos el sitio eriazo,

separar el Mar Rojo, el sagrado tierral

por donde va lanzado a chorro

como un tren japonés que avanza sin gobierno

sobre la bruma noticiosa.

 

No sabe el perro que vendrá la noche

arrastrando sus agujeros de gusano

por el espacio curvo y sin fronteras

de nuestra geometría.

 

Por ahí corre su trecho, va embalado,

ignorando que allí le depara su destino

una suerte más trágica, más cómica,

cuando sus huesos tristes se vuelvan de plata

para que los orfebres del futuro

hagan con ellos las alianzas

del amor conyugal:

 

todo es perro, dirá, mientras sus ojos

tratan de ser la enana roja,

el canto de cisne, de su galaxia.

 

 

La memoria incestuosa

 

La memoria es la madre de las invenciones

(nueve noches son nueve noches),

pero sus uñas crecen velocísimas

hasta clavarse en nuestra frente,

como un cuervo que picotea

la joroba de un jabalí

sólo por darse el gusto, por fregar

un rato la paciencia, sin saber

que también uno es un autómata,

un ratón a pilas que nació de su vientre

y ahora la hace madre, una y otra vez,

de estos nietos tan bellos y monstruosos

como el viejo botón dorado

que sólo sirve para atar vestidos

o arrancarse los ojos ante la desnudez

de una vieja que sólo muerta

nos llama hijos y nos amamanta.

 

 

 

Cultura general

 

Un hualle solo en un potrero

me dice la verdad:

las paredes ya no tienen oídos,

sino bocas y fauces, futuras precauciones

para los días del desove.

 

¿De qué sirvió saberlo todo?

El chico promisorio que fui alguna vez

envejeció muy mal — el viento se lo lleva

a un hospital de nubes,

donde al fin no sabrá nada de nada:

 

ni por qué sangran las guindas

en estos árboles a cuerda,

ni cómo explicarles un fémur

a las hormigas o a los perros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La Strada

 

Hay cosas peores que el miedo

a la combustión espontánea o a la catalepsia,

pero nuestras balanzas ya perdieron

todas sus certidumbres

y ya no saben sino yacer entre las baratijas

a la espera del reciclaje.

 

El amor se acabó.

Los payasos se peinan las pelucas

usando los leones como espejo,

donde el enorme zapato y la nariz de pelota

bailan con los antílopes y las preciosas

gacelas de Thompson que vuelan otoñales

entre las hojas de los gingkos.

 

Y sin embargo, ya lo sabes:

«Hasta tú, hasta tú sirves para algo,

con tu cabeza de alcachofa».

 

Pero lo que pasa en el circo, en el círculo

que cierra el mar, se queda allí,

respirando el olor de la viruta y el acero,

pestilencia de la vida y del amor

que nos maldicen:

flores hirsutas para las coronas

más baratas del cementerio

que rompen sus cadenas con la fuerza

de su pecho lleno de abejas.

 

Leonardo Sanhueza (Temuco, 1974) poeta y narrador, ha recibido los premios Eusebio Lillo de Poesía 1994 por su libro Hienas, los Juegos Florales de Vicuña 2000, el Premio Internacional de Poesía Rafael Alberti 2001 por su obra Tres bóvedas, ha recibido el Premio Pablo Neruda del Concurso Nacional de Arte y Poesía Joven de la Universidad de Valparaíso en cuatro años consecutivos,  el Premio Lagar de Poesía 2009 por una selección de Colonos el Premio de la Crítica 2011 por su libro La ley de Snell, el Premio de la Academia Chilena de la Lengua 2012 por su libro Colonos, el Premio Pablo Neruda 2012, el Premio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes 2011, categoría novela, por La edad del perro, el Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía en Lengua Española 2015. Ha sido becario de la Fundación Neruda, el Consejo Nacional del Libro y la Lectura y la Fundación Andes.

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